Sant’Antioco: la isla dentro de la isla

¿Qué hacer en Sant’Antioco? Descubre por qué te enamorarás

En el extremo suroeste de Cerdeña, a la que está conectada por un puente y un estrecho istmo de tierra que la hacen accesible desde el puerto y el aeropuerto de Cagliari en poco más de una hora en coche, la isla de Sant’Antioco representa uno de los destinos más apreciados del Sulcis Iglesiente.

La isla dentro de la isla, sí porque con sus 109 km2 es la cuarta isla más grande del Mediterráneo pero también uno de los lugares más despoblados, ya que alberga solo dos centros habitados, Sant’Antioco y Calasetta.

El centro histórico de Sant’Antioco

Pequeño puerto, casas coloridas y restaurantes, pasear por Sant’Antioco te lleva un poco atrás en el tiempo, lejos del caos de las ciudades. Un pequeño centro con poco más de 11.000 habitantes, sin embargo, la historia y la cultura se respiran en cada rincón.
Sant’Antioco fue de hecho colonia fenicio-púnica y luego ciudad romana, de la cual quedan tophet, la necrópolis (siglos V-III a.C.) la basílica y luego un cementerio de catacumbas, único en Cerdeña.
Y aún 5 Museos, expresión de la cultura de la isla, entre los cuales el museo etnográfico su Magasinu de su binu y el Museo del Bisso, aquí viven de hecho los últimos maestros del bisso, la seda obtenida de los filamentos producidos por un raro bivalvo marino, la pinna nobilis.

Las playas de Sant’Antioco

Destino perfecto para quienes aman las playas poco concurridas y un poco salvajes. Sus playas más famosas son: Maladroxia y Co’e Cuaddus, predominantemente arenosas y situadas en la costa oriental. En la costa occidental encontramos las maravillosas localidades de Is Praneddas, Cala Sapone, Cala della Signora, Cala Tuffi y Cala Lunga. Rocosas y particularmente adecuadas para actividades de esnórquel.

Rutas naturalísticas

Pasear por el paseo marítimo de la ciudad de Sant’Antioco es sin duda agradable, pero hacer senderismo a lo largo de los caminos de la sal es una oportunidad que no debes perder.
Los recorridos dentro de la laguna permiten sumergirse en un ecosistema completo que incluye la vista del mar y de la ciudad de Sant’Antioco por un lado, y la recolección de sal por el otro.

La cocina

En el plano gastronómico, además, la isla ofrece muchísimas especialidades: en Sant’Antioco, especialmente con ocasión de las principales fiestas religiosas, grandes focaccias y elaborados panes ornamentales se llevan a la mesa acompañados de humeantes platos de malloreddus a la campidanese y culurgiones rellenos, mientras que en Calasetta son platos tunecinos como el cuscús y platos más locales a base de atún.